sábado, 9 de mayo de 2020

SEGURIDAD DE PROCESOS Y LA INGENIERÍA QUÍMICA

SAFETY    en la  INGENIERÍA QUÍMICA
SEGURIDAD DE PROCESOS, como requerimiento para el Ingeniero Químico.
A continuación un extracto del artículo publicado en Revista Tecnocientífica URU Universidad Rafael Urdaneta Facultad de Ingeniería  Nº 2 Enero - Junio 2012  ISSN: 2244 - 775X / Depósito legal pp 201102ZU3863.
La preocupación y la percepción pública sobre el impacto o efecto de las grandes instalaciones destinadas a la fabricación y producción de productos químicos, sobre la seguridad de las personas en el entorno y el impacto sobre el ambiente, impulsaron nuevos cambios en la industria química y como consecuencia en la Ingeniería Química, como disciplina y profesión. 


La explosión ocurrida en junio de 1974, en la planta química de Nypro Limited, ubicada en Flixborough, Inglaterra, es una referencia obligada cuando se analizan los efectos de la industria química sobre la salud y el ambiente. El accidente se produjo por una fuga de ciclohexano en una tubería instalada de forma temporal, causando una explosión que destruyó toda la planta, con un saldo de 28 muertes y 36 lesionados. Los daños se extendieron hasta 1821 casas cercanas, 167 tiendas y fábricas, reportándose 53 personas lesionadas en las áreas circunvecinas y el incendio en la planta tuvo una duración de 10 días [1].
Dos años más tarde, en 1976, ocurrió el accidente de Seveso [2], Italia, en la planta Industria Química Meda S.A, debido a una reacción química fuera de control que liberó unas 2 toneladas de gases a la atmósfera, entre los cuales había 2,3,7,8-tetracloro-p-dibenzodioxina (TCDD), un gas de extremada toxicidad y persistencia en el medio ambiente generado como producto intermedio y cuya dosis letal para una persona de sensibilidad promedio es inferior a 0.1 mg. La falta de comunicación de la empresa con las autoridades locales causó la evacuación de la zona luego de dos semanas después del accidente, no reportándose fatalidades en forma inmediata, pero si unas 37.000 personas afectadas por enfermedades de la piel, contaminándose más de 1.800 Hectáreas de terreno y ocasionando la muerte de más de 3.000 animales de granja y silvestres. En la actualidad, 35 años después, las consecuencias no han desaparecido del todo. 



Luego de este accidente, se promulgó la primera Directiva Europea relativa al control de los riesgos de accidentes graves en actividades industriales, la Directiva 82/501/CEE [3], comúnmente llamada Directiva "Seveso I", la cual imponía duras regulaciones industriales y hacia énfasis en la prevención de los accidentes y la limitación de sus consecuencias mediante la exigencia de planes de emergencia internos y externos en las instalaciones con riesgo de accidentes mayores.
El 2 de diciembre de 1984, en Bophal, India, se produjo un accidente tras la fuga de unas 42 to- neladas de isocianato de metilo (MIC) de una fábrica de pesticidas, manejada por Union Carbide India, Limited (UCIL). Reportaron [4] que ocurrió debido a fallas en los equipos y falta de precaución durante las tareas de limpieza y mantenimiento de la planta, causando que el contacto de agua con el gas almacenado, iniciándose una reacción exotérmica que provocó fallas en las válvulas de seguridad de los tanques y la liberación a la atmósfera del gas tóxico. El isocianato de metilo, al entrar en contacto con la atmósfera, se descompone en varios gases formando una nube extremadamente tóxica y letal que,   al ser más densa que el aire, se desplaza al nivel de suelo. Los efectos del escape fueron muy rápidos, muriendo miles de personas de forma casi inmediata asfixiadas por la nube tóxica, y muchas otras en accidentes durante la desesperada y caótica evacuación de la ciudad [5]. Se estimó que entre 6.000 8.000     personas murieron en la primera semana tras el escape tóxico y al menos otras 12.000  fallecieron posteriormente, afectando a más de 600.000 personas, 150.000 de las cuales sufrieron graves secuelas. Además, perecieron miles de animales y los alrededores del lugar del accidente quedaron seriamente contaminados por sustancias tóxicas y metales pesados. El escape de gas de Bophal es la peor catástrofe química en la historia. 

La tragedia de Bophal causó un fuerte impacto en la opinión pública y es quizás el accidente más reportado a nivel mundial. Este efecto fue catalizado por la promulgación de nuevas Leyes y normativas, así como la conformación de nuevas estructuras e iniciativas a nivel industrial, profesional académico. La Comunidad Europea, modificó la Directiva Seveso en 1987 y en 1998, incluyendo lo relacionado con el almacenamiento de sustancias peligrosas. En 1996, se promulgó la Directiva Seveso II, adquiriendo carácter obligatorio para la industria a partir del 3 de febrero de 1999. Esta legislación introdujo importantes cambios y conceptos, una ampliación del alcance y nuevos requisitos relativos a la seguridad, planificación de emergencias y la planificación del uso del suelo. Fue sustituida en el 2003, por la Directiva 2003/105/CE, extendiendo su campo de aplicación para cubrir los riesgos derivados de las actividades de almacenamiento y minería. La Comisión Europea del Ambiente tiene una propuesta que para su reemplazo, con vigencia a partir de junio del 2015 [6].
De igual forma, en los Estados Unidos se realizaron cambios sustanciales en las regulaciones, introduciendo nuevas leyes [7], por ejemplo, el Acta de Enmiendas y Reautorización, SARA (Superfund Amendments and Reauthorization Act,) y el Acta de Planificación de Emergencias y el Derecho de las Comunidades al Conocimiento, EPCRA (Emergency Planning and Community Right-To-Know Act) de 1986, obligando a la industria a preparar y poner a disposición pública la Hoja de Seguridad, (MSDS: Material Safety Data Sheet) de los materiales y productos químicos y el establecimiento de los Comités de Planes de Emergencia Locales a través de las regulaciones de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, (OSHA: Occupational Safety and Health Administration). En 1987, se presentó el primer Inventario de Emisiones Toxicas realizado por la Agencia de Protección Ambiental, (EPA: Environmental Protection Agency) colocando la información a disposición del público como parte de la filosofía de la legislación sobre derecho de las comunidades a saber [8]. Se implantaron una serie de controles para las actividades de la industria química, apareciendo en las regulaciones federales, los estándares para el manejo de la seguridad en los procesos, PSMS (Process Safety Managment Standard), la lista de sustancias químicas y sus límites máximos de exposición permitidos, los requerimientos de prevención de liberación de emisiones, los programas de manejo de riesgos, RPM (Risk Managment Program), entre otros. Además, se estableció la Junta de Seguridad Química, CSB (Chemical Safety Board) como una agencia federal independiente dedicada a la investigación y revisión de accidentes en la industria, con el fin de determinar las causas y circunstancias que originaron los hechos y prevenir la ocurrencia de accidentes similares. Las respuestas del sector industrial se desarrollaron de forma colectiva o global a través de iniciativas por parte de las diferentes asociaciones que agrupan a las industrias. La más notable es Responsible care © una iniciativa global voluntaria de la industria química cuyo objetivo es lograr que las empresas adheridas a este Programa, en el desarrollo de sus actividades, mejoren continuamente la Seguridad,   la Protección de la Salud y el Medio Ambiente de acuerdo a los principios del Desarrollo Sostenible. Esta iniciativa, que inicialmente comezó en Canadá, se ha expandido mundialmente, agrupando a más de 50 países, bajo la gestión de un programa internacional único ICCA (International Council of Chemical Associations) [9]. Este programa se implementa a través de un sistema de administración que ofrece un método estructurado, integrado y centrado en siete áreas claves: conciencia en la comunidad y respuesta a emergencias; seguridad; distribución; salud y seguridad de los empleados; prevención de la contaminación; seguridad de procesos y administración de productos. En cada país, está coordinado por la asociación o federación que agrupa a las empresas e industrias químicas, en los Estados Unidos por el Consejo Químico Americano (American Chemical Council, ACC) [6], para cuyos miembros la adhesión al programa es obligatoria y su implementación incluye una verificación independiente obliga- toria de los sistemas de administración por parte de un tercero. En España, la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE) [10] gestiona el programa Responsible Care© y más del 60% del sector químico español ya está adherido al programa y desde su implantación en 1993. En Venezuela es coordinado por la Asociación Venezolana de Industrias Químicas y Petroquímicas (ASOQUIM) que agrupa a más de 120 empresas que representan cerca del 80% de la industria química venezolana, de las cuales, 25 habían firmado su adhesión al programa para finales del 2008. En Ecuador es coordinado por APROQUE.


https://www.aproque.com/responsible-care/

La respuesta académica ante la preocupación pública por la salud y el ambiente y en vista de los accidentes de Flixboroug, Seveso, Bhopal, y otros accidentes industriales que ocurrieron en los siguien- tes años, no se hizo esperar. El Centro de Seguridad en los Procesos Químicos (CCPS) creó en 1992, el programa de formación en Seguridad de la Ingeniería Química, denominado SAChE (Safety and Chemical Engineering Education) [11] con la colaboración de muchas universidades, con el fin de proveer materiales didácticos y de enseñanza relacionados con la seguridad en la industria, para ser incorporados dentro de la educación a nivel de pregrado y postgrado en Ingeniería Química y otras áreas afines, muy especialmente en aquellos programas que involucren el estudio de procesos y productos químicos y bioquímicos. Los principales logros del Programa SAChE son, primero, la preparación de más de 40 módulos y su distribución en los Departamentos de Ingeniería Química para que los profesores los utilizaran en la enseñanza de la seguridad de los procesos, y segundo, la formación de más de 150 profesores de 130 universidades en los talleres de trabajo SACHE, quienes han llevado el conocimiento adquirido a sus aulas de clase.
La Junta de Acreditación de Ingeniería y Tecnología, ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology, Inc) [12] de los Estados Unidos, reformuló en el 2002, los criterios para la acreditación de los Programas de Ingeniería Química, incluyendo por primera vez los aspectos relativos a la Segu- ridad y el Ambiente. El nuevo criterio utilizado para acreditar los Programas de Ingeniería Química en los Estados Unidos, a partir del año 2001, establece [5, 12] que el programa debe demostrar que los graduados tengan bases sólidas en química y un conocimiento práctico de química avanzada, tales como orgánica, inorgánica, analítica, fisicoquímica, química de materiales, biología o bioquímica, selecciona- das de acuerdo a los objetivos del programa; y conocimientos teórico-prácticos, incluyendo los aspectos de seguridad y medio ambiente, de balances de materia y energía aplicados a los procesos químicos; la termodinámica de equilibrios físicos y químicos; transferencia de momento, calor y masa, ingeniería de las reacciones químicas; operaciones de separación continuas y en etapas; dinámica y el control procesos, diseño de procesos; y modernas técnicas tanto experimentales como informáticas. Esta acreditación, tanto de los programas de pregrado como de postgrado, es un proceso voluntario realizado por una agencia independiente, no gubernamental. La ABET se encarga de evaluar los programas de Ingeniería y Tecnología, determinando si cumple con los estándares de calidad requeridos.
Estas nuevas exigencias de evaluación dentro de los criterios de acreditación, llevaron a muchas instituciones a integrar la seguridad de los procesos dentro de cursos existentes, tales como los laboratorios de operaciones unitarias, diseño de reactores y plantas químicas, mientras que otras establecieron cursos obligatorios y electivos dentro de sus programas de estudio, impulsando grandes cambios en la educación, graduando Ingenieros Químicos mucho más conscientes de la seguridad en los procesos y del medio ambiente, así como cambios en las industrias, que permitieron salvar muchas vidas.

A continuación el análisis del accidente en Laboratorios T2 Inc. en  Jacksonville Florida ,  Diciembre 2007,  
Se puede evidenciar la necesidad de entender el proceso de manufactura, para la gestión preventiva.



Bibliografía
     1.    Kletz T. (1990) Dispelling Chemical Engineering Myths. 3rd Edition. Taylor & Francis,                London. P. 66-67
      2. Aparicio F, J.A. Seveso 1976 (2001) disponible en electrónico http://www.proteccioncivil-            andalucia.org/Documentos/Seveso.htm. Consultado el 27 de enero de 2011.
      3. Directive 82/501/EEC of 24 June 1982 on the major accident hazards of certain industrial              activities (Official Journal of the European Communities No L 230 of 5 August 1982.                    Disponible en http:// mahbsrv.jrc.it/downloads-pdf%5CSeveso1-LEG-EN.pdf.
      4. Kletz, (1985) Trevor A. What went wrong? Case Histories of Process Plant Disasters.                      Houston Gulf Publishing Company.
      5.  De Grazia A. (1985). A Cloud over Bhopal. Causes, Consequences and Constructive                         Solutions. First Edition. Published by the Kalos Foundation for the India –American                        Committee for the Bhopal Vic- tims. Metron Publications, Princeton, NJ 08542.
      6. European Commission Environment. Chemical Accidents (Seveso II) In:                                        http://ec.europa.eu/envi- ronment/seveso/legislation.htm. Consultado el 27 de enero de                  2011.
      7. Willey R. J., Crowl D. A. y Lepkowski W. (2005). The Bhopal tragedy: its influence on                 process and community safety as practiced in the United States. Journal of Loss Prevention              in the Process Indus- tries, 18: 365–374.
      8.American Chemical Council. Responsible Care. Consultado el 8 de febrero de 2011 en:                                   http://www. americanchemistry.com/s_responsiblecare/sec.asp?CID=1289&DID=4841.
       9. ICCA. International Council of Chemical Associations. Responsible Care. Consultado el 8 de                        febrero de 2011 en http://www.icca-chem.org/Home/ICCA-initiatives/Responsible-care.
      10. FEIQUE. Federación Empresarial de la Industria Química Española. Disponible en:                                    http://www. feique.org/. Consultado el 6 de febrero de 2011
      11. SACHE. Safety Chemical Engineering Education. Disponible en: http://www.sache.org/.
      12. ABET. Accreditation Board for Engineering and Technology. Disponible en:                                  http://www.abet.org/ Linked%20Documents-UPDATE/ Program%20Docs/ abet-eac-                    criteria-2011-2012.pdf. Consultado el 6 de febrero de 2011.

Acerca del autor:
Cateryna Aiello Mazzarri,
Escuela de Ingeniería Química. Facultad de Ingeniería.
Universidad del Zulia. Venezuela.

martes, 5 de mayo de 2020

NORMA NTE INEN 1108, AGUA PARA CONSUMO HUMANO, año 2020


NORMA TÉCNICA PARA EL AGUA DE CONSUMO HUMANO: NUEVA VERSIÓN Y NUEVOS DESAFÍOS

Autor:  Ing. Quim. Pedro Pablo Benites. MIA
            CONSULTOR AMBIENTAL REGISTRADO
            pp2906@yahoo.com

Seis años después y mediante Registro Oficial Edición Especial No. 475 del 01-abril-2020 se oficializa la sexta versión de la Norma Técnica Ecuatoriana NTE INEN 1108 la misma que puede ser descargada libremente en la página oficial del https://www.normalizacion.gob.ec/ 

Una de las primeras novedades en la nueva versión de la norma INEN es el cambio de nombre de “Agua potable. Requisitos” a “Agua para consumo humano. Requisitos”, el cambió hace que el nombre de la nueva norma esté concordante con el numeral 5.1.1. “Criterios de calidad para agua de consumo humano y uso doméstico” del Anexo 1 del Libro VI del Texto Unificado de Legislación Secundaria del Ministerio del Ambiente: Norma de calidad ambiental y de descarga de efluentes al recurso agua. Pero más allá de la semántica que impliquen los términos,en las definiciones de la nueva versión se indica que el agua para consumo humano es independiente del origen; en mi opinión, el texto deja un horizonte abierto a la interpretación. La situación de independencia en el origen no está contemplada en las norma ambiental referida que indica que el agua para consumo humano y doméstico es aquella que es obtenida de cuerpos de agua, superficiales o subterráneos.

Un aporte interesante en la nueva versión de la norma INEN son las Referencias Normativas, documentos indispensables para la aplicación de la norma de calidad. Se indican normas ISO, NTE INEN-ISO, NTE INEN, EPA y Standard Methods. La inclusión de éste ítem era esperada para que la nueva versión esté acorde con los actuales formatos INEN para normas de calidad. 

En la nueva versión de la norma INEN aparecen por separado y en tablas los requisitos físicos y químicos y los microbiológicos mientras en los Anexos, y sin ninguna referencia, se encuentra el pH y los límites permitidos para químicos orgánicos, ciertos químicos inorgánicos y subproductos de desinfección (anteriormente separados en residuos y subproductos de desinfección). 

Con respecto a los parámetros organolépticos, en la nueva versión de la norma INEN se cambia el criterio de aceptación del sabor y olor de “no objetable” a “aceptable” pero no se clarifica ni se define o referencia el alcance del nuevo término; además se sustituye parámetro “color” por “color aparente”, con esto queda aclarado que éste criterio incluye las sustancias disueltas y en suspensión (que a su vez generan turbidez).

Una de las principales novedades o correcciones es que en la nueva versión de la norma INEN se define el pH del agua potable, parámetro que inexplicablemente no aparecía en la versión antigua de la norma. 

En relación con los requisitos microbiológicos, para el caso de los coliformes fecales la nueva norma reemplaza el máximo permisible numérico anteriormente indicado por el término “ausencia”. Habría que tratar de entender la razón del porqué se continua usando este parámetro y no, por ejemplo Escherichia coli, como indicador de calidad del agua, al respecto la Guía para calidad del agua potable de la Organización Mundial de la Salud no hace referencia a los coliformes fecales como un indicador de calidad del agua, este es un tema que debiera ser aclarado por el Comité Técnico encargado de la elaboración de esta nueva versión de la norma. 

Algo que se esperaba en ésta nueva versión de norma INEN es que incluya el límite permisible para el aluminio, su necesidad de regulación es debido al amplio uso de éstas sales en los procesos de potabilización de agua y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud “concentraciones superiores a 0,1-0,2 mg/L suele ocasionar quejas de los consumidores como consecuencia de la precipitación del flóculo de hidróxido de aluminio en los sistemas de distribución”. Tiene que existir alguna razón muy poderosa para no haber incluido éste parámetro en la norma de calidad. 

Otras modificaciones son: el límite para el bario se incrementa de 0,7 a 1,3 mg/L; dentro de las sustancias inorgánicas se eliminan los cianuros y se quita un elemento de protección a la salud de la población usuaria; dentro de las sustancias orgánicas se eliminan el Di (2-etilhexil) ftalato, Hexaclorobutadieno, 1,4-Dioxano, Ácido nitrilotriacético; dentro de los plaguicidas se eliminan el Isoproturón, Lindano, Pendimetalina, Pentaclorofenol, Dicloroprop, Alacloro, Clorpirifos, 1,2-Dibromo-3-cloropropano, 1,3-Dicloropropeno, Dimetoato, Terbutilazina, Hidroxiatrazin; en los subproductos de desinfección se eliminan el N-nitrosodimethylamine y el Tricloroacetato.

Una nueva versión de la norma de calidad INEN y nuevos desafíos que se verán con el tiempo para los organismos públicos y privados involucrados en el quehacer del agua potable.


Agradecimiento al Autor.
Nuestro agradecimiento, al Ing. Pedro Pablo Benites por su gentil colaboración en este blog. 
El Ing. Pedro Pablo Benites, tiene 35 años de ejercicio profesional y pueden seguirlo en: